domingo, 7 de junio de 2009

MANCHA DIVINA


Llueve sobre los muros de la ciudad
Y bajo el alero
De tus ojos trasnochados
Dos golondrinas me recuerdan
La idea de Dios
Orinándonos el alma

Julio César Medina
Del libro: Sin memoriam


“El título es sugerente, ‘mancha’ connota el mal, el pecado, dentro del contexto cultural cristiano; se extiende hasta lo negativo, la muerte, la fuerza deshumanizante. Dios es un ser omnipresente cuya naturaleza es la del verdugo y el hombre, indefenso, es su víctima.
La atmósfera del poema es decadente y triste: la lluvia cayendo nos despierta una prolongada monotonía; los muros de la ciudad sugieren prisión, piedra, deshumanización, muerte; los ojos trasnochados convocan la decadencia nuevamente en el cuerpo humano, el ser condenado.

Esta atmósfera atravesada por dos golondrinas se erige como un “flash-back” que nos remonta a la perenne idea del Dios ejerciendo su supremo poder con indolencia y sevicia sobre el hombre. El poema es intenso, su brevedad así lo exige y la imagen final de la idea de Dios orinando el alma de los hombres es de mucha expresión plástica y de una inmensa capacidad de sugerencias de patetismo y desamparo divino”.

Jorge Elías Guebelly Ortega
En “Soledad y orfandad del hombre moderno en la poesía huilense” Neiva, 1.987 (págs. 67 y 68).

DATOS BIOGRÁFICOS

JULIO CÉSAR MEDINA
HERNÁNDEZ


Nació en el Municipio de Flandes, Departamento del Tolima. Desde los ocho años reside en la ciudad de Neiva, capital del Departamento del Huila. Es licenciado en lingüística y literatura de la Universidad Surcolombiana y Especialista en pedagogía de la creación literaria, de la misma casa de estudios.

Tiene publicados tres poemarios: Versos horizontales, Sin memoriam, El amor a las dos de la tarde y un libro de carácter pedagógico titulado: Cómo es que ¿Qué?

Ha sido incluido en cinco antologías de poesía huilense; en un manual de literatura colombiana y en el libro Poetas del Tolima siglo XX, compilado por Carlos Orlando Pardo.

Ha editado tres antologías de cuentos y poemas escritos por sus estudiantes: Los hijos de Humberto, Los chicos también cuentan y Las aristas del juglar.

Ha participado en varios encuentros nacionales de escritores y en el Taller internacional de poesía realizado en Santiago de Cuba en 1995.

En diciembre de 2006, la Fundación Tierra de Promisión le otorgó la Condecoración José Eustasio Rivera, en su máxima categoría, en reconocimiento a su obra pedagógica y literaria.

En el año 2007 fue escogido como uno de los trece nominados al Premio Nacional Compartir al Maestro, en reconocimiento a su trabajo pedagógico-literario.